BLOG DEDICADO A LA SEMANA SANTA DE TENERIFE

VIERNES DE DOLORES EN GARACHICO

VIERNES DE DOLORES EN GARACHICO

Es lógico que en este día haga su desfile procesional una Dolorosa. Así se ha hecho siempre en todos los pueblos tinerfeños y así ha suce¬dído en Garachico en cualquier época. Lo que ocurre es que no siem¬pre salió a la calle la misma imagen. Actualmente desfilan en Semana Santa tres imágenes de la Virgen. En los programas de los cultos se les denomina Nuestra Señora de la Amargura, la Dolorosa y la Soledad. Sólo una, la primera, pertenece a la iglesia parroquial de Santa Ana y ha sido esculpida por Ezequiel de León. Desfiló por vez primera en 1974. Las otras dos pertenecen al convento de concepcionistas y al oratorio privado de la familia Ponte, respectivamente.
Pero hay que añadir otras dos Dolorosas que también han proce¬sionado en este día. Una de ellas pertenece a la parroquia matriz, donde se custodia junto a otras imágenes retiradas del culto. Durante muchos años salió en los tres primeros días de la Semana Santa acompañando al Señor de la Humildad y Paciencia, al Cristo de la Columna y al Señor Preso. Se le sustituyó luego por la Virgen de la Amargura, por entender los miembros de la Comisión de Cultos que ésta es imagen de superior calidad, lo que parece estar fuera de toda duda, aunque ya se sabe que la antigüedad da a la obra de arte una pátina que sólo se gana con los siglos.
La quinta Dolorosa a que hacemos referencia es la de San Pedro de Daute, que salió el Viernes de Dolores de 1976 con la advocación de Nuestra Señora de los Afligidos, acompañada del Cristo de la Expira¬ción, también de la parroquia de San Pedro, como culminación del solemne Vía-Crucis iniciado en el citado templo y que finalizó en Santa Ana. Fue ésta una experiencia interesante que no volvió a repetirse, tal vez a causa del tráfico rodado, que dificulta considerablemente una procesión por carretera, aunque se trate de una carretera insular.
De las cinco imágenes de la Virgen que hemos mencionado sólo dos tienen autor conocido. Ya dijimos que la Virgen de la Amargura es obra de Ezequiel de León. La Dolorosa del oratorio de Ponte -an¬tes, Casa de Prieto- se debe a la gubia de un artista, excepcional:
José Rodríguez de la Oliva, y ya se hablará de ella en su momento.
¿Qué datos tenemos de las otras tres? Sólo pueden hacerse conjeturas.
Sabemos que, en 1562, el beneficiado Alonso de Torres fabricó en la iglesia de Santa Ana la capilla de la Soledad. Un arco de cantería y un retablo daban cabida a la imagen titular de la capilla. Pero, ¿a qué imagen?
La Dolorosa que según dejamos apuntado fue sustituida en la pa¬rroquia matriz no parece que tuviera nada que ver con la primitiva, con esa Soledad que estamos intentando traer a la consideración de los lectores. Razones cronológicas y de estilo las hacen diferenciar notoriamente, aunque ya se sabe que las restauraciones enmascaran imágenes de otras épocas, dejándolas irreconocibles.
Sin embargo, la capilla primitiva tuvo larga vida. ¿Por qué no pudo tenerla también la imagen? Sobre la capilla hemos de decir que en 1607 fue dotada por María de Torres, sobrina del beneficiado, y el retablo fue dorado en 1621. Cabe suponer que seguiría allí la Virgen de la Soledad, porque un Crucificado exige siempre la presencia de una Dolorosa. y en Garachico a las dos imágenes, la Virgen y el Cristo de la Misericordia, se les ha tenido siempre por contemporáneas.
Tuvo esta imagen de la Soledad cofradía del mismo titulo desde 1617 y existía aún en 1665, puesto que tal año, concretamente el 29 de mayo, se recibió una grata noticia, puesto que el Papa Alejandro VII concedió una Bula de Grandes Indulgencias para la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, erigida en la parroquia de Garachico.
La. Dolorosa del convento de concepcionistas es imagen que siempre, desde tiempo inmemorial se unía en la parroquia de Santa Ana a los cortejos procesionales, hasta tal punto que ha llegado a creerse que es obra perteneciente a su imaginería propia. Es una imagen hermosa, con rostro bien concebido y manos unidas, con los dedos entrelazados. Hace unos años salía en los primeros días de la Semana Santa, acom¬pañando a algún Cristo, pero desde hace algún tiempo se le ha reser¬vado para la Procesión Magna y para la noche del Sábado Santo, en que desfila sobre elegante trono con palio bordado en oro, sostenido por columnas plateadas y profusión de cirios y flores, todo muy al estilo andaluz. Las cuelgas y los candelabros de la basa son, asimismo, de gran efecto y belleza, no exenta de espectacularidad.
Existía ya en 1705 puesto que en el citado año se le hacía una función especial en el convento. Es posible que date de tal fecha, según la interpretación que queramos darle al comentario de Fraile Diego de Inchaurbe, que copiamos a continuación:

Fiestas varias: Últimamente se celebraron las fiestas de San Cristóbal y San Agustín desde el año 1704; igual¬mente desde 1705 las del nombre de Jesús, San José, Nuestra Señora de los Dolores y San Pedro Apóstol, durante más o menos tiempo....

Ahora bien: ¿Estuvo siempre en el convento de concepcionistas o procede de otro? Los trasiegos de imágenes han sido constantes en los templos de Garachico y casi nunca tuvieron asiento en los libros, lo que dificulta sobremanera los trabajos de investigación.
El palio y el manto de esta Dolorosa son de color azul. La Virgen de la Amargura lleva amplio manto de terciopelo rojo. La Soledad se atavía con manto negro, que es también el color del que lleva la Dolorosa de San Pedro de Daute.
Finalizamos este capítulo haciendo referencias a otras imágenes de la Dolorosa, de las que no tenemos noticia actual. Queremos referir¬nos, en primer lugar, a la que se custodiaba en el convento dominico, no sabemos si desde la fundación del primitivo cenobio, en San Pedro, o desde su erección en la zona urbana.

Capilla de Jesús Nazareno: Patrón, don Nicoloso de Ponte, marqués de Adeje: Una imagen de Jesús Na¬zareno, otra de Nuestra Señora de los Dolores, otra de S. Juan Evangelista...

Algunas personas han pensado que tal imagen podría ser la que, fuera de culto, figura en la iglesia parroquial y que tan ligada estuvo, años atrás, a las procesiones de la Semana Mayor garachiquense. Pa¬saría a la parroquia después de la desamortización, cuando la vida terminó en los conventos de la próspera localidad del Norte de Tenerife. Pero no parece probable si se tiene en cuenta que, en 1770, tuvo don Nicoloso de Ponte serios disgustos con el Prior del convento, quien se oponía a que salieran a la calle las imágenes del Nazareno, Nuestra Señora de los Dolores, San Juan, la Verónica y la Magdalena, a causa de su deterioro.
De tal incidencia hablaremos en el capítulo correspondiente al Vier¬nes Santo, pero adelantemos que fue todo muy desagradable y que hubo de intervenir la autoridad eclesiástica para conseguir el orden. No podemos olvidar que en 1792 publicó unas severas normas el obispo don Antonio Tavira, tendentes a evitar situaciones indecorosas en el culto externo, aunque éstas estuvieran movidas «con pretexto de celo y de fervor...».
Pero si la incidencia con don Nicoloso de Ponte ocurría en el siglo XVIII, podría suponerse que el tiempo transcurrido desde entonces las deterioraría aún más. Es posible, de todos modos, que el deterioro afectara únicamente a los trajes. Aunque inmediatamente nos vuelva a asaltar la duda. Si la Dolorosa y el Nazareno están actualmente en la parroquia, ¿dónde están las demás imágenes?
Repetimos que son conjeturas que no nos llevan a situaciones, irre¬futables. Pero hubo también una Dolorosa en el convento agustino de San Julián. Una Dolorosa que nos llega envuelta en opiniones dispares, lo que dificulta aún más nuestro deseo de hacerla coincidir con cual¬quiera de las que actualmente existen en las distintas iglesias de la Villa y Puerto.
De todas es conocida la protección que dispensó al convento agustino de San Julián dan Melchor López Prieto, después de haber sido su principal contradictor. Pues bien: al señor López Prieta se debe la traída a Garachico de la Dolorosa que pretendemos estudiar. Es ésta la primera versión de que disponemos:

«Adquirió para esta procesión las imágenes de Nuestra Señora de la Soledad y San Juan Evangelista, que también figuraban en la procesión de las nazarenas, en el Viernes Santa, otra procesión fundada par dan Mel¬chor López Prieto en el convento de Santo Domingo y de la que era patrono...».

Luego, ya en los comienzos del siglo XVIII, el sacerdote don Salvador Hernández dejó patente su devoción par la imagen, para la que desea un culto más extendido:

«...impuso la festividad de Nuestra Señora de las Do¬lores en su día, con vísperas, misa cantada y procesión, en la que la Virgen iría en sus andas adornada con doce candelones...».

NO parece lógica que hubiera dos imágenes de la Dolorosa en la misma iglesia. Si la familia Prieto había adquirido una, el encargo de otra podría parecer poco acorde can las verdaderas necesidades del culto. Y, sin embarga, habría que suponerla así parque la otra versión que tenemos habla de distinto donante, de distinta patronazgo.
Daña Leocadia Teodosia de Evora y Borges entregó, en 1703, una libra de cera al convento de San Agustín, con el fin de dedicarla al culto y procesión de la Virgen de las Dolores, procesión llamada del Retiro, pidiendo a cambio un número de misas por su alma, una vez hubiera fallecida. Y, además,

«...pida en particular y hagan memoria de mi querido hijo Don Manuel Yscrot quien desde Sevilla según cons¬ta ynvio dicha ymagen de los dolores y dono a dha. canbento y cofradia según consta de la data que paso por ante el capitán Pedro' Hernández de Bergara, es¬cribano deste lugar de gca...».

El camino que hemos seguido sigue enmarañado; no nos ha sido' posible desentrañarlo. Remitimos al lector hacia las fuentes de origen.

CARLOS ACOSTA GARCÍAS