BLOG DEDICADO A LA SEMANA SANTA DE TENERIFE

MIERCOLES SANTO EN GARACHICO

MIERCOLES SANTO EN GARACHICO

La imagen del Cristo de la Columna que desfila el miércoles Santo en la Semana Santa garachiquense es, sin discusión, la menos estudiada de cuantas integran los cortejos procesionales de la Villa. Los datos que se tienen de esta escultura son mínimos, insignificantes casi. Por si fuera poco, debió tener, en pasadas épocas, menos culto que las de la Humildad y Paciencia y Las Lágrimas de San Pedro, puesto que de éstas sí se dan referencias más o menos, amplias en distintas publica¬ciones, significándose con claridad el día que se les había asignado para salir a la calle a la contemplación de los fieles, mientras que del Cristo de la Columna nos da la impresión de que su salida anual es de una época no tan lejana en el tiempo, puesto que, desde me¬diados del XVII, el Miércoles Santo estaba designado para el Señor de la Humildad y Paciencia, mientras que el Señor Preso y San Pedro tenían como día fijo el Martes, con una solemnidad que ya dejamos expuesta en pasaje anterior.
Para que las dudas sean aún mayores, ha existido la posibilidad de que, en algún tiempo, tales imágenes desfilaran el Jueves, proba¬blemente en horario de mañana para respetar la procesión de la Santa Cena, que desfilaba al anochecer. El Cristo y la Virgen pertenecían, por lo que hemos podido saber, al convento franciscano y desde allí salían para completar su anual paseo por las calles del pueblo:

«Estos pasos salían antiguamente del convento de San Francisco, seguramente el Jueves Santo. La imagen del Señor estaba colocada en el retablo de la capilla de la Vera Cruz o Misericordia, que pertenecía a la Cofradía de esta advocación, fundada en 1557. Esta capilla y altar pasó a depender, a partir del siglo XVI, del mar¬qués de la Quinta Roja. Además del Señor a la Columna figuraban en el retablo la Virgen de los Dolores y, en el remate, un Crucificado grande».

El Crucificado debe ser el de la Salud, pero nos quedamos sin saber a qué Dolorosa se quiso referir el investigador.
Volvamos al Cristo de la Columna para hablar de su posible autor. Se ha dicho que es obra de Francisco Alonso; incluso se ha dado el nombre de su condiscípulo BIas García Ravelo. Probablemente por ese deseo, ya imparable, de unir los nombres de estos dos escultores a cualquier imagen de las iglesias de Garachico que no tengan acredita¬da una autoría indiscutible. Lo que ocurre es que, para precisar estos detalles, tendría que tener el Cristo la encarnación primitiva y ya sé sabe que ha sido restaurado más de una vez. Esto da lugar a que sus facciones se encuentren hoy cubiertas por repintes posteriores, lo que imposibilita su vinculación indiscutible con un escultor determinado. Las restauraciones más recientes no están muy lejanas en el tiempo:

«El día 21 de Noviembre de 1908, don Antonio Monte¬verde y Ponte pidió autorización al obispado para res¬taurar el Señor de la Columna que está en San Fran¬cisco. Su familia era muy devota de esta imagen y ya había tomado contacto con el taller de Vicente Tena, en Valencia, para tal restauración. No se sabe si se envió o vino de allá el restaurador».

Es posible que en el taller de Vicente Tena se hubiera llevado a cabo la restauración. Se dice, por otra parte, que el trabajo se efectuó en Madrid. Sea cual fuere la realidad, lo cierto es que las cosas no se hicieron a gusto de los garachiquenses. Ello obligó al párroco de Santa Ana a buscar una solución rápida a la situación planteada. Debieron, surgir problemas, sin embargo, porque antes de que se realizara el nuevo trabajo transcurrieron nada menos que siete años.
El escultor orotavense Nicolás Perdigón nos ha dejado constancia de estas situaciones en una interesantísima nota que guarda en su poder el investigador Manuel R. Mesa y que ha dado a conocer en su obra La prodigiosísima imagen del Santísimo Cristo a la Columna, escrita en colaboración con Manuel Alloza Moreno.
Copiamos al pie de la letra:

«En Noviembre de 1915, días después del fallecimiento del ejemplar y virtuoso sacerdote Sr. Verde (que fue quien hizo la recomendación de la reforma y pagó con anti¬cipación las 100 pesetas del premio convenido), terminé el Smo. Cristo a la Columna, que se venera en el exconvento Franciscano de Garachico. Nota. Esta ima¬gen antigua fue mandada a Madrid por opinión de va¬rios para que sufriera una reforma general, pero ha¬biendo llegado mal y a disgusto del pueblo, por que no fue hecha por artistas de la Escuela Cristiana, el V.e párroco, temiéndose la censura del Ilmo. Prelado, acordó ponerla en mi poder; unos días antes de su muerte me visitó para ver la imagen y quedó tan sa¬tisfecho de la belleza del rostro y color de la encarna¬ción, que me repitió varias veces que Dios me pagaría el trabajo porque él no podía recompensarme lo que valía mi esmero».

Para que no haya dudas sobre esta afirmación que figura en pape¬les sueltos, en el pie de la columna de este paso de Garachico puede leerse esta inscripción:

«Se reformó y encarnó en La Orotava por recomenda¬ción del Vble. Arcipreste D. Antonio Verde León, 1915. Estudio escultórico del Señor Perdigón».

Esta escultura de Garachico, de tamaño ligeramente menor que el natural, sigue conservando una indudable belleza. Permanece todo el año al culto en la parroquia de Santa Ana, en el altar del Santísimo, donde está flanqueada por dos esculturas de corte moderno (La Mila¬grosa y San José), lo que contrasta con el viejo retablo del convento dominico en el que está ubicada.
Sale actualmente con acompañamiento de Nuestra Señora de la Amargura, cada Miércoles Santo, fecha que parece definitivamente encajada en los cultos de la Semana Mayor de Garachico, después de haber sufrido varios cambios, no sólo en épocas, muy lejanas, sino en fechas próximas a nosotros.

CARLOS ACOSTA GARCÍA