
Las obras concluyeron en 1697 dedicándose la iglesia a la advocación de Nuestra Señora de la Peña de Francia. Es de destacar que las donaciones de los feligreses hicieron que a lo largo del tiempo la parroquia fuera creciendo e incrementando su riqueza artística. Un elemento destacable de la edificación es la torre, añadido posterior que data de 1898.
La estructura de la iglesia es de planta rectangular con tres naves separadas por columnas de tipo toscano-romano y arquería de medio punto. La cubierta interior es de madera, formada por artesonados de influencia mudéjar. También es especialmente reseñable todo un conjunto de capillas de planta rectangular que fueron incorporadas más tarde.
En la nave central encontramos la Capilla Mayor donde podemos apreciar la imagen de Nuestra Señora de la Peña de Francia, una media talla que reúne todas las características de la imaginería genovesa del siglo XVII.
A la derecha de la misma vemos el Retablo de los Mareantes, llamado así por ser este gremio de marineros el que costeó su construcción a principios del siglo XVIII.
A la izquierda de la nave central encontramos la Capilla del Gran Poder de Dios que presenta un retablo de estilo neoclásico compuesto por dos cuerpos y ático. En el nicho central del primer cuerpo se encuentra la imagen del Gran Poder de Dios que fue traída desde Sevilla a finales del siglo XVII por el capitán de artillería Pedro Martínez Francisco. Al parecer vino en unión de un nazareno que se veneraba en el convento de Nuestra Señora de las Nieves y por lo tanto su destino inicial era la isla de La Palma pero debido a un fuerte temporal no pudo embarcarse; la leyenda cuenta que cada vez que se intentaba embarcar nuevamente, el mar se embravecía de tal manera que hacía imposible esta labor, interpretando los fieles este hecho como que el Cristo no quería marcharse de nuestra población, decidiendo finalmente dejarlo en el templo portuense. A ambos lados del Gran Poder de Dios podemos admirar las tallas de Nuestra Señora de la Soledad y de San Pedro Penitente. El Niño Jesús colocado en el sagrario es una obra anónima del siglo XVIII, quizás de escuela habanera.
Otro elemento destacable es la cruz de madera, forrada en plata que se encuentra en la sacristía. Para algunos, fue labrada por un orfebre de La Laguna y traída a nuestra ciudad por Leonardo Torriani (ingeniero de Felipe II), mientras que otros la relacionan con la cruz que llegó con los conquistadores y que fue colocada en una de las peñas que forman la boca del Puerto, al firmarse la paz en los llanos que hoy llevan el nombre de La Paz.
Hasta el año 2006 se consideraba traída de México, dado la decoración de flores que lleva consigo, pero tras la restauración efectuada en tal año se plantea la posibilidad de una procedencia cubana. Lo que sí está claro es que desde 1620 se constata su existencia siendo propiedad de la Hermandad de la Misericordia. Cabe destacar además esculturas como la de María Magdalena o Verónica (finales del s. XVIII), San Juan Evangelista (anónimo, posiblemente del siglo XVIII), el busto del Ecce Homo (mediados del siglo XVII), y el conjunto de Nazareno, Cireneo y los ángeles (anónimo de escuela canaria de mediados del siglo XVII).
Al salir de la parroquia, en el entorno de su plaza, encontramos un ejemplo interesante de la arquitectura canaria, como es la casa parroquial, en el costado oeste. Una edificación terrera del siglo XIX en la que entre otros elementos cabe destacar el hermoso llamador con cabeza de león. Dirección: Plaza de la Iglesia, nº 5. Declarada Bien de Interés Cultural (B.I.C.)